lunes, 22 de febrero de 2010

Mi crisis ericsoniana

Ser grande asusta mucho.

Estoy en otra de mis grandes crisis existenciales y de identidad. No se exactamente a que se deben, pero tengo mis sospechas.

Sospecho que mis crisis nacen de mi tibieza. Soy tibia. Ni fría ni caliente. Ni antisocial ni socialite, ni inteligente ni burra, ni culta ni hueca, ni rara ni normal. Es difícil encajar en el mundo cuando no encajás en sus etiquetas.

No se porque seguí derecho si parte de mí quiere ser hippie y cantarle al viento y las flores. Ah! Cierto! Quería salvar al mundo y proteger a la justicia. Y porque entonces amo el Inglés? El idioma más corporativo que va a existir jamás? Y porque trabajo en un estudio que registra marcas? Porque me parece que comprar ropa es la mejor terapia?

Pero veo anime! Y me gusta sentarme en el piso. Prefiero un lugar escondidito y mío ante la ultratopdiscodemoda.

Busco mi propio camino. Aunque ni siquiera se que demonios quiere decir eso. Se que hay algo que me espera, porque mi alma se inquieta.

Vislumbro por una hendija de luz que se cuela en mi mundo imaginario un mundo real lleno de emoción y colores. Veo un lugar en el que yo encajo. Veo una Jazmín abogada que sabe lo que quiere y como obtenerlo.

Está tan lejos? Pero se siente cerca. Siento como si cada acción mía pueda definirlo todo.

César dice (y lo que César dice en mi mundo es palabra santa) que se llama crisis ericsoniana y que viene luego de terminar alguna etapa trascendental.

Jazmin dice (y lo que Jazmin dice generalmente es una pavada) que se siente como si está por pasar algo grande. Que se le mezclan ansiedad y felicidad. Y que no sabía todo lo que implicaba un título.

Estoy muerta de miedo. No quiero que estos momentos que siento tan claves se escapen entre mis dedos.

1 comentario:

Alicia en el pais dijo...

Si no encajas en las etiquetas debe ser porque sos única y aunténtica.